El tiempo pasa rápidamente. Nos quedamos estancados en la rutina y la falta de tiempo. El bordado es un arte que exalta todo lo contrario: la lentitud y la paciencia. Es un trabajo que deja huellas. El tiempo y el esfuerzo del artesano quedan grabados para siempre. La magia de dejar una huella para el mañana es inspiradora y fue la razón por la que fue creada la línea Madeleine.